Pequeña seductora, embriagas a los hombres
con el perfume de tu exquisito aroma,
el rocío que tiene cubierto mi corazón,
cautivo por ti y no me es posible salir,
de esta mi prisión, tu.
Eres aquella la que es mi perdición y mi salvación.
Tus ojos como el vasto mar, donde quisiera extraviarme,
ser un naufrago, quedándome varado en tu corazón,
recorriendo tu piel día y noche
Por: J.I.H.M
No hay comentarios.:
Publicar un comentario